Es una playa de color azul intenso, rodeada de islotes y peñascos ricos en biodiversidad y santuarios de aves marinas en riesgo. Para proteger la anidación de fragatas, pelícanos pardos y gaviotas, durante el periodo de marzo a septiembre el acceso a las áreas bajo régimen especial está restringido. En los arrecifes e islotes también hay una interesante vida acuática, para el disfrute de los practicantes del snorquel y el buceo.
Cerca de la playa hay facilidades para colgar hamacas y los sencillos restaurantes sirven bebidas y frescos pescados y mariscos. Desde los cerros se tienen espléndidas vistas del mar y los alrededores, especialmente durante el ocaso. Las noches son frescas y estrelladas, invitando a pasar un rato en la arena, solo o en agradable compañía.